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Poesía


SECUENCIA


¿De dónde brota el canto?

                          Del alma

 ¿En dónde está el alma?

                      En el jardín

 ¿En dónde está el jardín?

                      En la tierra,

                       que sangra.

 ¿Y la sangre?

                      En la herida.

  ¿Y la herida?

                        En el alma.

¿Se queja la herida?

                Sólo dice al alma,
        
                                   Canta.


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VACIO
Yvonne Silva E.

Cuando llega la noche y se escucha
el canto de las aves nocturnas
A la nada se ciñen mis manos.

¡Ah, qué soledad en este laberinto!
¿En dónde está la alegría que trajera en las urnas
el rey de Tracia que llegó de Corinto?

-En la profundidad quizás de sueños lejanos.

OH, mi ciudad inquieta
de bellos colores y vistosa guardia,
un día ya lejano murieron tus flores
y en tus pabellones de grandes honores
ondea la vida que cambia
dejando a su paso en vez de verdores
la tristeza pálida.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

Al cortejo del rey
se unían mis sueños de color añil.
Azul en su capa, azul en sus ojos,
azul fantasía, azur y marfil.
Sin mácula la radiancia de aquella alegría
sin nubes los montes y el canto pueril,
todo era de gracia, infantil melodía,
refulgentes las flores, más brillo en el sol,
y en el cuerpo de gratos olores
matizábanse amores como en un crisol.

Los ojos pendientes del noble ademán.
¡Oh rey de mis sueños, oh rey ideal!
Partiste a los mares de recónditos mundos
y hoy voy por los valles, ciudad tras ciudad
buscando el fulgor de tus ojos profundos
que al verlos supiera en un Todo estar.


. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

¿Qué pasó en el sueño de aquél ruiseñor?
Se plegaron sus alas, su trino calló
se perdió en la magia del arcano signo
ha pasado su vida y no lo descifró.

Hoy vaga distante por el páramo seco
sus ojos inquietos con misterio se hundieron
la imagen amada nunca más vislumbró,
ha perdido al rey que de Corinto llegó.

                                                                        Tepoztlán, 1978

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A la Obra “Ashes and Snow” de 
Gregory Colbert, fotógrafo del éxtasis.


 Yvonne Silva E.

¿A dónde vas, agua mansa que encontraste la Eternidad
enlazada al continuo movimiento de un ¡click! siempre activo.
Agua que rescataste los caminos al corazón
expuesto como una flor al beso del silencio.
Corazón que arde en el amor cósmico, sin fronteras ni preferencias,
Cenizas quedan en rescoldos que encienden los ensueños,
y vuelven a empezar los sueños de un sujeto universal
El Aire, el Mar, la desértica Arena, la fauna salvaje tan temida,
tan unida en tus ensoñaciones con la fauna marina
caracola de cardúmenes. Fauna salvaje
junto a la humana presencia en silencio meditativo.
Sentido del sólo estar allí
Extasis y vuelo en el ocaso de la luz, o sólo Luz.
Sempiterno en tu ser sin proposiciones, aunado a la lírica ballena
que extiende su aura de madre cósmica, constelada de espuma
polisemia del Todo, de la Nada, Mar diluido en la abstracción del amor
Y de un sueño que precisa continuar… ad eternum…
en un universo extenso, pequeño, concéntrico del espíritu libre… Puro.

                                                                    Febrero 24 del 2008